Con la llegada de la primavera a la vista y el buen tiempo, esperamos que lo estéis llevando bien en familia. En esta ocasión desde el blog de lacestitadelbebe.es vamos a hablar sobre niñ@s tercos.

Aunque existen niños que naturalmente son calmados y se comportan adecuadamente, en ciertas etapas pueden manifestar comportamientos indeseados cuando no quieren seguir las indicaciones de los adultos. ¿
Qué medidas se pueden tomar frente a un niño obstinado o que actúa mal y no presta atención?
La obstinación en la infancia es común en la mayoría de los pequeños en diversas etapas de desarrollo. En ocasiones, los niños pueden tornarse exigentes, muy resistentes, actuar de manera impulsiva, desobedecer instrucciones, y mostrar una personalidad difícil para quienes interactúan con ellos.
Parece que el niño obstinado constantemente nos desafía, poniendo nuestra paciencia a prueba. Y, en cierto grado, esto es correcto. Como una forma de reivindicación, para demostrar su identidad y preferencias, o para oponerse a la ‘autoridad’ tanto en el hogar como en la escuela, pueden volverse tercos y rígidos.
Enfrentar a los niños obstinados no es una tarea sencilla para nadie. Sin embargo, será una situación que probablemente enfrentemos con nuestros hijos en algún momento. Con esta guía exhaustiva para padres y madres, te proporcionamos las herramientas para manejarlo de mejor manera y alcanzar los resultados que deseas.
¿Por qué mi hijo es tan obstinado?
Un niño obstinado, terca o que tiene caprichos es aquel que no acepta un «no» como respuesta, o que desobedece las instrucciones de los adultos. Su reacción frente a las sugerencias y requerimientos de los padres u otras figuras de autoridad es siempre desafiante, provocativa y a menudo agresiva.
Desde su nacimiento, los niños tienden a ser egoístas, ya que este comportamiento es inherente a todos los seres vivos. Es un instinto natural que nos ayuda a sobrevivir en un entorno con recursos limitados.
A medida que los niños se desarrollan, aprenden que es más fácil obtener lo que necesitan cuando tienen buenas relaciones con los demás. Los seres humanos somos sociables, requerimos interactuar con otras personas y, naturalmente, mantener buenas relaciones.
Sin embargo, los pequeños atraviesan períodos de rebeldía, como los ‘terribles dos años’, la pre-adolescencia o la adolescencia a partir de los 12 años, momento en el que suelen mostrar un carácter fuerte y es más común que sean obstinados.
Rasgos de los niños de temperamento fuerte
La personalidad de un niño puede variar significativamente durante su infancia. Mientras algunos son más sosegados, tranquilos y obedientes, hay otros que tienden a desafiar a los demás con frecuencia.
¿Cómo diferenciar a un niño obstinado de uno que simplemente está atravesando un mal momento específico? Analicemos las características más comunes:
- Tienden a hacer berrinches, rabietas y otros despliegues para llamar la atención.
- Siempre se enojan para obtener lo que desean; y, a menudo, lo consiguen.
No puede ofrecer apoyo a otros, y su única preocupación es cumplir con sus propios anhelos. - Generalmente, es un niño muy variable que nunca se encuentra conforme con lo que posee.
- No logra apreciar las cosas ni las relaciones con quienes lo rodean.
- Experimenta conflictos con sus hermanos o con otros niños, luchando o incluso agrediéndolos.
- Es astuto al influir en los adultos, incluso en aquellos que no son parte de su familia directa.
- No se muestra receptivo cuando se intenta dialogar con él, y continúa insistiendo en sus deseos.
¿Identificas este tipo de personalidad firme en tu hijo o hija? ¿Te parece que se presenta con gran regularidad, cada día, o que podría representar un inconveniente familiar?
La obstinación es simplemente un rasgo de carácter, no necesariamente negativo, siempre que no cause daño a los demás. Los niños que son obstinados necesitan entender que no siempre consiguen lo que desean, pero si realmente lo quieren, hay otras vías para lograrlo a través del esfuerzo y no solo mediante rabietas.
Consejos para educar a un niño obstinado
Como se ha mencionado anteriormente, la obstinación no necesariamente debe ser negativa. En vez de forzar a tu hijo a transformarse, es preferible guiar a un niño obstinado hacia la perseverancia.
Una persona que desarrolla sus propias habilidades logra un control significativo sobre sí misma y sobre las relaciones que mantiene con otros, beneficiándose de todo lo positivo que esto implica.
Por lo tanto, si tienes un niño obstinado y deseas que su fuerte personalidad no le cause problemas, hay algunas recomendaciones que puedes incorporar en su aprendizaje diario. Son prácticas sencillas y eficaces que puedes complementar con la orientación de un experto en psicología o un terapeuta infantil, si es necesario.
Establece una rutina
Los niños requieren una estructura para sentirse seguros con respecto a su día a día. Definir un horario para las actividades esenciales y seguirlo facilitará que se adapten más fácilmente a sus necesidades y evitará situaciones de tensión.
Aunque mantener rutinas puede volverse más complicado a medida que crecen, si se implementan desde una edad temprana, la vida cotidiana será más manejable para todos. Claro que surgirán problemas en la adolescencia, pero se podrán solucionar más rápidamente con un poco de paciencia.
Proporciona opciones
Los niños con caracteres fuertes no suelen responder de manera positiva a la disciplina estricta, los castigos o un enfoque negativo. Si anticipas un posible conflicto, ofrécele varias alternativas para que elija la que le resulte más conveniente y que beneficie a todos.
Por ejemplo, si es hora de cenar algo que no le gusta, como verduras, que son necesarias para su dieta equilibrada: sugiérele cómo prefiere consumirlas, ya sea en puré, cocidas, en un pastel de verduras o incluso en una sabrosa y divertida pizza. Lo mismo aplica para cualquier otro inconveniente cotidiano.
Fomenta la cooperación
Un niño obstinado no tolera órdenes directas, pero si lo solicitas como un favor y te unes a él en la acción, será más sencillo convencerlo. Esta estrategia resulta efectiva con los más pequeños, pero también puede ser útil con los adolescentes.
En lugar de utilizar imperativos como ‘haz tu cama’, ‘ordena tu habitación’, ‘pon la mesa’, intenta reestructurar las frases a: ‘¿me ayudas a hacer tu cama, por favor? ’, ‘¿te gustaría que limpiáramos tu cuarto para que quede bonito? ’, ‘organicemos la mesa juntos y luego me asistes en preparar la cena para que degustes tu platillo favorito’. ¡Resulta más atractivo y persuasivo!
Utiliza distracciones para prevenir conflictos
Nadie mejor que tú sabe cuándo se avecina una rabieta en tu hijo. Por eso, es útil tener un recurso preparado que puedas usar antes de que suceda. Considera una distracción que le atraiga.
Los pequeños con personalidades fuertes también tienen sus vulnerabilidades. Si parece que va a enojarse, sugerirle salir a caminar, ver una película juntos en casa, o jugar un juego de mesa puede ser efectivo. Trata de estar presente en ese instante; al acompañarlo, formarás parte de su momento de tranquilidad, y él comprenderá que estás allí para ayudarle a calmarse.
Conéctate con tu pequeño
Los niños atraviesan situaciones complejas. Les resulta difícil comprender ciertas cosas, están expuestos a un sinfín de estímulos, y durante algunas etapas, las hormonas pueden jugarles malas pasadas. ¡Ponte en su posición!
Ya no recuerdas lo difícil que era ser un niño o un adolescente. Puede que nunca hayas enfrentado los mismos problemas que tu hijo o que no tuvieras el mismo temperamento, pero todos tenemos derecho a sentirnos mal y a un poco de rebeldía. Simplemente ofrécele tu apoyo cuando más lo necesite, y actúa como el faro que ilumina su camino a través de esta complicada etapa.
No pierdas la calma
Sin embargo, lo más esencial es que mantengas la calma. No le grites, no le impongas castigos sin razón, no lo critiques ni lo compares con sus hermanos o con otros niños. El hecho de que un niño sea obstinado no implica que los demás sean perfectos.
La obstinación es una característica de algunas personas que, como hemos mencionado, puede tener aspectos positivos si se aprende a manejar. Ayuda a tu hijo a convertir eso en una herramienta valiosa para ser una increíble persona y luchar por sus deseos, sin arrebatos ni frustraciones.
Y si sientes que no puedes hacerlo solo, busca la ayuda de un profesional. No eres el primero ni el único con un niño obstinado en casa, y muchos han logrado guiar ese carácter con amor y comprensión. Educar es un proceso complicado, pero puede resultar ser lo más hermoso y gratificante para cualquier padre o madre.