En este artículo desde el blog de LaCestitadelBebé no vamos a hablar sobre la expresión comerse los mocos que es sinónimo de fallo, sino vamos a ver este hábito mal visto, que afecta a una peque parte de la población.
Todos hemos sido niños y hemos oído expresiones como no te metas tanto el dedo en la nariz que se te va a dar de sí, y también hemos presenciado como alguna vez algún peque se llevaba ese moco a la boca.
Este acto que se achaca a los peques tiene el nombre el nombre de “mucofagia” y se considera que lleva a cabo por un trastorno de conducta, aunque no entra en ningún patrón de trastorno mental.
Esta conducta es común en los más peques, pero se puede dar también en adolescente y menos común pero también entre adultos. Y es que aparte de ser un acto muy mal visto y que suele dar bastante asquete la verdad, lo más importante es que no lleva asociado problemas para la salud de las personas que lo hacen. Lo han demostrado los estudios, además muchas veces muchos mocos nos bajan al pecho y estómago cuando estamos resfriados, aunque de forma interna.
Motivo por el que se comen los mocos
Aunque parezca mentira no hay ningún estudio que muestre de forma empírica porque hay humanos que se comen los mocos. Los motivos principales que se barajan son que pueden tratarse de un acto heredado de nuestros ancestros los simios, ellos lo hacen de forma natural. También se cree que se puede hacer al ser un vicio adquirido y que se hace para aliviar estrés o ansiedad en determinadas etapas del día. Si vuestros peques sufren regresiones en la conducta aquí os dejamos un interesante artículo.
¿Puede conllevar peligros para la salud?
En un principio no conlleva ningún peligro para la salud, de hecho hay algún estudio que menciona que incluso puede ser beneficioso para los dientes. Ya que las secreciones nasales contienen mucinas salivales que son perfectas para tener a raya a las bacterias que nos crean las dolorosas caries.
De hecho, hay estudios que van más allá y que han llegado a la conclusión de que comer restos de mocos secos refuerza el sistema inmune. Así que según estos estudios es una actividad sana y muy natural aunque esté mal vista en nuestra sociedad.
Pero todo no podía ser bueno, también se ha visto que las personas que se hurgan la nariz con frecuencia tienen problemas de irritaciones y sangrado de la zona, y además pueden causar una infección por una bacteria que tenemos en la piel el estafilococo.
En conclusión, trae más problemas meterse el dedo en la nariz que el propio acto de ingerir mocos por la boca.
¿Cuál es su composición?
Los mocos están formados principalmente por agua, algunas sales minerales y mucinas que ayudaban a combatir las bacterias. Porque los mocos normalmente se segregan para combatir virus y bacterias como en los resfriados. Las mucinas son las responsables de su textura, entre otros también están compuestos de oligosacáridos para las defensa, lípidos, proteínas y células que también sirven para las defensas.
Su viscosidad es para protegernos y defendernos y además hacen de filtro contra sustancias y patógenos exteriores, polvo, ácaros y demás. Entre otras funciones también sirve para mantener correctamente la hidratación de las vías respiratorias. Suelen ser transparentes y con aspecto de gelatina, pero cuando cogen virus externos y agentes patógenos se densifican y se oscurecen.
¿Cómo podemos evitarlo?
Como hemos dicho este vicio se suele dar entre lo más pequeños y cuando hay aparición de moscos, que suele ser habitual entre los más peques. Nuestro consejo es que mantengas siempre limpia su nariz, y le dejes pañuelos a mano, de estos que se tiran y se sacan de un solo uso, para que aprendan a sonarse ellos solos y dejen esté mal hábito. Si están muy resecos podemos utilizar suero para ablandarlos y extraerlos más fácilmente y sin molestias.
Debemos ver el motivo de la aparición de los mocos, ya que si se dan por alergias lo mejor será consultar al médico.
Así que ya sabéis comerse los mocos de forma textual no es tan malo como parece, aunque sí es un gesto que no es agradable en sociedad, debemos hablar con ellos y ver qué sucede y decirles que no hagan este gesto mientras seguimos de cerca sus conductas. Esperando os haya gustado el artículo, nos despedimos hasta la próxima, cuidaros mucho y nos leemos!