Biomecanics es una marca de Grupo Garvalín, creada en el año 1996 en base a un estudio realizado con el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV). Entre otras conclusiones, este estudio dejó evidente la necesidad de marcas en el mercado que tuvieran en cuenta el crecimiento natural de los pies en los niños.
Así surgió esta marca de calzado infantil bajo el sello de un grupo empresarial con gran antigüedad en el sector y reconocimiento internacional, además de la colaboración con un instituto que aporta bases científicas sobre las que crear un producto de calidad.
Es más, recientemente se ha publicado un nuevo estudio que analiza la influencia del calzado en los primeros pasos de la marcha infantil y un estudio al consumidor, que permite conocer lo que más se valora a la hora de escoger el calzado infantil para los más pequeños.
Qué valoran los consumidores en el calzado infantil
El estudio realizado por Biomecanics permite identificar algunas de las consideraciones que tienen en cuenta los clientes como, por ejemplo, qué se valora más en la decisión de compra.
Y aquí se presenta un concepto con mayor relevancia que otros, el de confianza. En concreto, la confianza con aquellas marcas que demuestran que están especializadas en calzado infantil.
Como también sucede en otros sectores, la especialización es garantía de dedicación y de que se le da importancia a las necesidades de los consumidores, en este caso a los requerimientos que tienen los más pequeños de la casa con respecto al crecimiento de sus pies.
Pero además de la especialización, la experiencia también es otro motivo de confianza entre los consumidores y aquí Grupo Garvalín atesora más de 50 años en el sector con varias marcas (junto a la de Biomecanics) centradas exclusivamente en el calzado infantil.
Estar en lo más alto de un sector tan competitivo, demuestra la capacidad de adaptación y evolución de la compañía y, obviamente, da mucha confianza a los consumidores que están buscando marcas que estén respaldadas en sus procesos de fabricación de zapatos para niños.
Pero junto a estos valores de confianza, la colaboración con el IBV refuerza todas las decisiones de los consumidores. Y es que el hecho de seguir investigando continuamente con una institución de referencia en calzado infantil, da tranquilidad a los padres sobre los productos que están comprando y sus beneficios para los niños.
¿Cómo afectan los distintos tipos de calzado infantil a los pies?
El último estudio publicado en base a una investigación del IBV se centra precisamente en saber cómo los distintos tipos de calzado pueden influir en los pies de los más pequeños.
Aquí se ha escogido por un lado la línea Biogateo de Biomecanics, enfocada a la etapa de gateo y primeros pasos; por otro lado el calzado convencional; y finalmente también el recientemente popular calzado minimalista. Todos ellos se han comparado con las habilidades del pequeño al andar con el pie descalzo.
El hecho de incluir el calzado minimalista en esta comparación es algo muy importante, dado que se ha convertido un poco en tendencia con la defensa desde distintos ámbitos de su idoneidad para el pie de los niños.
Una razón de su inesperada fama ha sido el hecho de que parte del mundo del running, donde el desarrollo de calzado minimalista sin elementos tradicionales, permite a los deportistas alcanzar mejor rendimiento.
Esto se ha extrapolado a los más pequeños, fomentando con ello la comercialización de calzado minimalista desde muchas marcas y con distintos enfoques, ¿pero realmente es algo beneficioso para los más pequeños?
El estudio comparativo del IBV analiza un factor decisivo, las veces que el niño se cae con cada calzado.
Si partimos de que ir descalzo es el estado neutral, en el que el pequeño se cae X veces, con el calzado de Biomecanics y con el calzado convencional no se nota ninguna variación, es decir que no se cae más veces por llevarlos.
Esto confirma que la investigación constante sobre qué necesitan los niños para que el calzado infantil sea respetuoso con sus pies y con su crecimiento natural, ha ido poco a poco dando sus frutos, hasta conseguir diseñar un elemento protector y seguro, que no interfiere en sus habilidades.
Pero cuando llega el momento de analizar el calzado minimalista, los datos son diferentes. El porcentaje de caídas aumenta un 7,5%, es decir que los pequeños que utilizan este calzado tienen más probabilidades de caerse, con todo el riesgo que supone.
En parte esto se debe a que con el calzado minimalista se crea una longitud de paso más variable, lo que se asocia a una marcha más inestable y a un mayor riesgo de caídas.
También influye en este aspecto la ausencia de un control medio lateral. El calzado minimalista apuesta por prescindir de todos los elementos posibles, por lo que no está presente.
Según el estudio del IBV, el soporte estructural en el calzado mejora el control medio lateral del talón cuando entra en contacto inicial el pie sobre el suelo.
En concreto el calzado de Biogateo es el que más control medio-lateral aporta gracias a un estabilizador externo que sí ha incluido. Esto reduce el riesgo de inestabilidad y de las caídas asociadas.
Otros factores que refuerzan la confianza de los consumidores en Biomecanics para calzado infantil de sus hijos son el patrón de marcha y la flexibilidad.
Con un buen calzado, los niños pueden dar pasos más largos, más rápidos y también separan menos los pies que cuando van descalzos, por lo que la marcha es algo más estable. Esto no se cumple con el calzado convencional, que tiende a utilizar materiales que incrementan el peso que tiene que mover el pequeño.
Además, Biomecanics aporta dorsiflexión a la suela de sus zapatos, una característica que garantiza una gran flexibilidad en el resultado final.
Gracias a ello se facilita la flexión de la articulación metatarsofalángica durante la fase de despegue. Si bien es algo que no se puede evitar del todo, al menos el calzado de Biogateo reduce su influencia todo lo posible.